Museo de las Ferias. Sala Simón Ruiz, 10 julio – 7 septiembre 2014
Horario: martes a sábado de 10 a 13’30 y de 16 a 19 h.; domingos y festivos de 11 a 14 h.

Honorio Román Pérez (Bóveda de Toro, 28 de septiembre de 1875 – Medina del Campo, 1929) es un personaje apenas conocido en la historia de la fotografía que retrató como nadie la sociedad medinense del cambio de siglo. Precisamente su injusto anonimato y la calidad de muchas de sus imágenes fueron las primeras razones que incidieron en la realización de una exposición que recordara su figura y su trabajo profesional. Este proyecto se ha convertido en realidad gracias a la generosa colaboración de D. Manuel Martínez Hernández, quien ha cedido para esta ocasión una magnífica colección de fotografías originales y series de fototipias, que ha sido completada con otras imágenes inéditas procedentes de los fondos documentales conservados en el Archivo Municipal de Medina del Campo y en la Fundación Museo de las Ferias.

La colección expuesta desvela a un fotógrafo que trabaja especialmente el retrato de estudio, pero que también orienta su objetivo a la monumentalidad y el paisaje urbano. Tanto los principales edificios históricos de la localidad, como las escenas cotidianas y festivas –el mercado de la Plaza Mayor, las lavanderas del Zapardiel, desfiles y procesiones, encierros de novillos, etc.), son inmortalizados en numerosas ocasiones, publicándose varias decenas de ellas en series de tarjetas postales que, elaboradas con la técnica de la fototipia, componen la imagen icónica de la Medina que entra en el siglo XX. Asimismo se convierte en reportero gráfico ocasional colaborando con distintos periódicos de la época como ABC o el semanario Blanco y Negro, publicando en ellos fotografías de acontecimientos, sucesos o festejos ocurridos en la localidad.

En su faceta de editor, dirige Semanario Medinense. Periódico Ilustrado, Literario, Agrícola y Comercial, publicación local aparecida a finales del año 1898 e impresa en los talleres de “Hermanos Román, que es, sin duda, la de mayor calidad de cuantas se editan en la Medina de la época. Esta revista ilustrada reúne una serie de artículos literarios o dedicados a la moda del momento, tomados de revistas como Blanco y Negro o La Última Moda, que son ilustrados con grabados, dibujos o fotografías con claras intenciones artísticas. Asimismo, dirige la Semana Medinense. Hoja de Feria, diario festivo aparecido en 1901 dedicado exclusivamente a las ferias patronales de San Antolín; en sus páginas podemos encontrar, junto con curiosos anuncios publicitarios, jugosos comentarios y reseñas sobre los encierros y corridas de novillos, obras de teatro, películas de cine y piezas musicales que alegran los días festivos medinenses de las décadas del cambio de siglo.

 

Honorio Román fue el tercero de siete hermanos de una familia descendiente de Alaejos que se establece en Medina del Campo a comienzos de 1882 cuando su padre, Honorio Román y Carrasco, consigue el puesto de secretario general del Ayuntamiento. Con sus hermanos menores, Emmanuel y Jesús, se dedica a la impresión de estampas y en 1898 abre un local en la Plaza Mayor llamado “Hermanos Román”. Ese mismo año se casa con María Villaescusa Pérez y, desde 1901, establece su vivienda y taller en el número 12 de la calle de Padilla. Como fotógrafo profesional aparece citado en la relación de la contribución industrial y de comercio del año 1922, con tienda y estudio en la calle Padilla 27. Muere en 1929 sin descendencia y su esposa mantiene durante algún tiempo el estudio profesional con el nombre de “Viuda de Honorio Román”. Desgraciadamente María muere ese mismo año y es su hermano Balbino Villaescusa, quien se hace cargo del taller fotográfico familiar. 

Respecto a la familia Román sabemos que se había establecido primeramente en la calle Padilla, trasladándose en 1892 a la calle de San Martín donde morirá el padre, ya viudo, en 1896. En esa fecha Antonio, el hijo mayor, era empleado del Ayuntamiento y llegará a ocupar -como su padre- el cargo de secretario hasta 1907, año en que se traslada a Asturias. Francisco, el segundo de los hermanos, fue un hombre emprendedor dedicado al oficio de la encuadernación y de las artes gráficas que vivía y trabajaba en la calle Simón Ruiz 19; dueño de una fábrica de sellos de caucho y un taller de impresión con dos prensas ‘Minerva’, fue director del combativo periódico semanal Canta Claro, aparecido el 21 de enero de 1906.

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