DOCUMENTOS HISTÓRICOS INÉDITOS 33 / ENERO – MARZO 2021
Proyecto de alineación de la calle de Salamanca en Medina del Campo
José Fuentes (arquitecto del distrito)
Valladolid, 20 de julio de 1865
Dibujo a tinta sobre papel encerado / 31 x 93 cm
Archivo Municipal de Medina del Campo. AMMC, D, Caja 993-8852



A partir de la segunda mitad del siglo XIX, y especialmente tras la llegada del ferrocarril en 1860, se suceden en Medina del Campo los proyectos de alineación de calles con el fin de ensancharlas y así lograr un tráfico más fluido de personas y carruajes. En las vías públicas que llegan a la Plaza Mayor se estima como absolutamente necesario y de aquí que las primeras noticias que tengamos al respecto se centren en las tres calles principales que confluyen en ella: la Rúa Nueva (hoy de Padilla), Ávila (hoy de Simón Ruiz) y Salamanca (hoy de Gamazo). Aunque conocemos casos de alineaciones concretas anteriores, es en 1880 cuando el Consistorio decide establecer un “plan general” en el viario de la zona central de la población, tomando como base jurídica la Real Orden de 12 de marzo de 1878 (base 1ª); con él se decide eliminar definitivamente los soportales de las calles, excepto los de la Plaza Mayor. En el caso de la calle de Salamanca, se propone suprimir los soportales para lograr una anchura de 10 metros para toda la calle, duplicando así los 5,5 m que tenía entonces en su mayor parte; asimismo se mantiene su firme, por entonces ya bien empedrado “con canto silíceo, llamado pelón” y con una adecuada pendiente para la evacuación de las aguas.

Ciertamente no es frecuente encontrar planos de alineaciones de calles fechados antes de dicha regulación general, y más aún que muestren el estado previo en que se encontraba la vía en cuestión, es decir, antes de “llevar a la línea” las fachadas de las viviendas originarias, con la supresión de los soportales, elemento clave de la tipología propia de las villas con un pasado comercial relevante. El plano de planta que nos ocupa, firmado por el arquitecto del distrito José Fuentes, tiene un interés extraordinario para el conocimiento de la historia urbana de Medina del Campo en tanto que nos ofrece el estado en que se encontraba, a mediados del siglo XIX, una de sus principales calles, la de Salamanca, entrada natural a los intramuros de la villa desde el antiguo camino procedente de esta ciudad. Por entonces, la calle mostraba aún la morfología de una rúa porticada en ambos frentes, excepto en los casos de los edificios monumentales que son mencionados en la memoria que acompaña al plano de alineación como “solidas construcciones” y en el plano marcados “con tinta de carmín”. Estos edificios son tenidos muy en cuenta en la propuesta de trazado por su permanencia en el tiempo, refiriéndose concretamente: al consistorio, en los números 1 y 3, y las casonas solariegas de los números 11 (de los Marqueses de Ordoño), 24 y 36 (por error se anota 26 en la memoria) (quizá la de los Marqueses de Peña Florida -antes, en 1762, del obispo Bernardo Caballero de Paredes- y la de los Marqueses de Pizarro), inmuebles que sabemos que se alzaban en la acera de los números pares (Rodríguez y Fernández, 1903-1904, p. 489).

En el plano, hemos de fijarnos primero en que ambos extremos de la calle están cerrados por estructuras porticadas: los arcos rebajados de la Casa de este nombre, hacia la Plaza Mayor, y el arco de medio punto de la Puerta de Salamanca, por la que se accedía a la población desde su arrabal extramuros. Precisamente, ambos hitos monumentales serán objeto de las primeras miradas oficiales para iniciar el ensanche de la calle: primero, el de la puerta de la muralla, de titularidad municipal, en cuyo interior se hallaba la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza. Conocemos bien cómo era la Puerta de Salamanca, tanto la primitiva edificada en los comienzos del siglo XV, al tiempo de la construcción de la tercera muralla de la villa (se ve muy bien en los dos vistas de Wyngaerde de 1565 y 1570) como la reformada a partir de noviembre de 1676, momento en que se acuerda el derribo de los dos cubos originales, para construir un Arco monumental de nueva traza, bajo la dirección del maestro de obras Juan Guardado, quien da la traza el 9 de febrero de 1677 (AMMC, c. 284-2, ff. 235v-236v y AHPV, protocolo 5985; Sánchez del Barrio, 2011, pp. 52-53.). El acuerdo de su derribo definitivo se decide en la sesión municipal de 8 de junio de 1872 (AMMC, H, 541-7182), trasladándose la capilla de la Virgen de la Esperanza a la iglesia del Hospital Simón Ruiz.

Afortunadamente, no llegará a producirse la demolición de la Casa de los Arcos en el otro extremo de la calle. En julio de 1899 se inicia el expediente para permutar la propiedad del “Arco de la Cárcel”, por entonces en manos de varios propietarios, y ante la negativa de una de ellas, Eugenia Casado Gavilán, se dirime un expediente de expropiación forzosa de “la finca titulada del Arco”, entre agosto de 1899 y febrero de 1900, que pierde finalmente el Ayuntamiento y gana la propietaria quien, de este modo, evita el derribo de esta singular casa histórica y muestra su éxito personal instalando en lo alto de la fachada a la Plaza Mayor una escultura de molde titulada popularmente “la diosa del poderío” y cuatro jarrones de cerámica que aún subsisten (AMMC, H, 322 – 5210 y 5214); posteriormente la Casa de los Arcos pasará a manos municipales, rehabilitándose en varias ocasiones.

Gracias a los expedientes de obras conservados en el Archivo Municipal –varios de ellos con sencillos planos de alzado-, podemos reconstruir muy aceptablemente el caserío que aparece representado en este proyecto de alineación y las renovaciones que van sucediéndose en las viviendas de ambas aceras a lo largo del último siglo y medio. Por la necesaria brevedad de este artículo nos es imposible reseñar todas las actuaciones llevadas a cabo hasta la actualidad; no obstante, reseñamos a continuación algunas de ellas. 

En la acera de los impares, los números 1 y 3 corresponden al Ayuntamiento y los 5, 7 y 9 a viviendas de cierto porte, especialmente la nº 9, de portada del siglo XVI, de arco de medio punto de dos roscas flaqueado por columnas corintias sobre basamentos, y patio interior porticado a tres pandas; tradicionalmente se ha identificado como la “Casa del Corregidor”, sin más base que su cercanía al consistorio. La nº 11, es la comentada Casona de los marqueses de Ordoño, anteriormente residencia del linaje de los Morejón, demolida en agosto de 1965 cuando era la sede del Banco Hispano Americano para la construcción de la nueva “Central Automática de Teléfonos” (se publica foto del derribo en La Voz de Medina de 8 de agosto de aquel año). El resto de la acera estuvo formado originariamente por casas porticadas. De ellas sabemos que la del nº 19 presentaba un soportal de doble hilera de tres pies derechos cada una, quizá añadida una al otra por el sobrepeso de la fachada; constan licencias de construcción en este solar en octubre de 1896 (AMMC, H, 321-5087) y en octubre de 1899 (AMMC, H, 322-5232). El nº 21, sin soportal, quizá fuera entonces un solar pendiente de construir. La vivienda del nº 23 es declarada en ruina en diciembre de 1899 (AMMC, H, 322-5240) siendo reconstruida de nueva planta, unida a la del nº 25, según proyecto de Camilo Guzmán fechado en junio de 1903 (AMMC, H, 323-5332). La casa que cierra la calle por esta acera se renueva a partir de 1900 (AMMC, H, 321-5097).

La acera de los números pares aún conserva en la actualidad dos tramos de casas con pórticos en su parte central que no fueron renovadas en los siglos XIX y XX gracias a la solidez de sus fábricas. Tras la Casa de los Arcos (nº 2, de la que ya hemos referido su trayectoria), la del nº 4 se mantuvo porticada con pies derechos de madera sobre basas de piedra hasta la década de 1970; el resto del tramo hasta la calle Cerradilla mantuvo sus soportales hasta los dos últimos años del siglo XIX, concretamente la del nº 10, la de la esquina, es declarada en ruina en octubre de 1899 (AMMC, H, 322-5223) y a consecuencia de su demolición ha de derribarse su medianera, la del nº 8, al final de aquel año (AMMC, H, 321-5181). A continuación, en febrero de 1900, se concede licencia de obras para reconstruir la siguiente, la del nº 6 (AMMC, H, 322-5234), quedando el tramo ajustado a la nueva línea y sin soportales, según trazas en los tres casos del maestro de obras municipal Ricardo Cuadrillero Medina. A partir de la calle Cerradilla y tras la vivienda de la esquina, la del nº 12, porticada de pies derechos, se alzaba un tramo (nºs 14 y 16) formado por una gran casa con fachada principal de cuatro arcos de medio punto o rebajados sobre basas cuadradas de piedra y roscas muy gruesas, de traza similar a la de la Casa de los Arcos o la Casa del Peso de la Plaza Mayor. De ella no conocemos noticias documentales ni imágenes, aunque por una fotografía de 1934 sabemos que por entonces ya sólo quedaba de ella en pie el arco coincidente con el final del ayuntamiento (se entrevé el arco en la sombra proyectada sobre el suelo). De las casas de los nºs 18 y 20 sólo sabemos que tuvieron obras de arreglo en sus fachadas en mayo de 1894 (AMMC, H, 320-5031 y 323-5338).

Las casas de los nºs 20 y 22 forman el primero de los dos tramos de soportales que han llegado hasta el día de hoy; es justamente el conjunto que mira a la plazuela formada por el arranque de la antigua calle de Salinas (hoy de Rafael Giraldo). A las casas de los nºs 24 y 26, carentes de pórticos, ya nos hemos referido más arriba suponiéndolas casonas solariegas; la del nº 28 es declarada en ruina en octubre de 1899 (AMMC, H, 322-5227) reclamándose una indemnización por su nueva alineación a comienzos de 1900 (AMMC, H, 321-5094). Las siguientes de los nºs 30 y 32 se renovaron en las primeras décadas del siglo XX y las dos consecutivas de los nºs 34 y 36 forman el segundo tramo de las que aún se mantienen en pie, aunque han sido reformadas recientemente manteniendo la tipología original. La del nº 38 fue declarada en ruina en septiembre de 1895 (AMMC, H, 321-5058) aunque no fue reconstruida hasta 1905 según planos de Benito de Castro (AMMC, H, 321-5181) (es la popularmente conocida como “las Gemas”). Cierra esta acera la casa nº 42 que corresponde al edificio destinado a vivienda, con panera en la planta baja, construido por el rico empresario Eusebio Giraldo Crespo en 1886 (AMMC, H, 798-7176), en parte de los terrenos que correspondieron en su día al Arco de Salamanca.

Como colofón, anotemos que la calle de Salamanca es retitulada de Gamazo el 29 de noviembre de 1894, en honor a don Germán Gamazo Calvo, diputado y luego varias veces ministro, cuya intervención fue decisiva en las obras de reforma del Cuartel Marqués de la Ensenada (Moraleja, p. 365). La situación de la calle en 1906 la conocemos gracias a la planta general del proyecto de alcantarillado, firmado por el arquitecto municipal Benito de Castro Rueda, en el que vemos cómo han desaparecido ya todos los soportales de la acera de los impares, manteniéndose prácticamente todos los pórticos en la acera de los pares, excepto en sus últimos números (AMMC, H, Caja 323-5311).

Antonio Sánchez del Barrio

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Bibliografía

Rodríguez y Fernández, Ildefonso, Historia de Medina del Campo. Madrid, Imp. de San Francisco de Sales, 1903-1904.

Moraleja Pinilla, Gerardo, Historia de Medina del Campo. Medina del Campo, Imp. Manuel Mateo, 1971 (escrita hacia 1940-1946)

Sánchez de Barrio, Antonio, Historia y evolución urbanística de una villa ferial y mercantil. Medina del Campo entre los siglos XV y XVI. Valladolid, Universidad de Valladolid, 2005.

Sánchez del Barrio, Antonio, “Traza de la reforma de la puerta y arco de Salamanca” en La Pieza del Mes 2000-2010. Valladolid, Diputación de Valladolid y F. Museo de las Ferias, 2011.