Feria en la Plaza Mayor de Medina del Campo

José María García Fernández “Castilviejo“
1960

Óleo sobre lienzo / 183 x 464 cm
Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Valladolid

La exposición de esta obra de grandes dimensiones en la que se representa la “Feria en la Plaza Mayor de Medina del Campo”, coincide con el primer centenario del nacimiento de su autor, el pintor zamorano José María García Fernández ”Castilviejo” (1925-2004) y el quinto de Simón Ruiz Envito (1525-1597), el gran mercader banquero de las ferias medinenses del siglo XVI. Además, la obra se presenta por primera vez fuera de su ámbito habitual (los salones de la Cámara de Comercio de Valladolid), junto al dibujo preparatorio que el mismo artista compuso previamente a la realización de la monumental pintura definitiva.

En ella vemos varias escenas de comercio de mercancías y negocios financieros, con la colegiata de San Antolín, el consistorio municipal, la Casa de los Arcos y los restos del Palacio Real formando un telón de fondo, representados todos ellos de forma anacrónica con respecto a los tiempos del siglo XVI, ya que aparecen tal y como se encontraban en 1960, cuando “Castilviejo” compone el cuadro. Recuérdese que el ayuntamiento y la Casa de los Arcos se construyen a mediados del siglo XVII, la torre colegial estaba rematada por una cúpula ochavada hasta la caída de un rayo en 1838 y las casas reales no se derribaron hasta 1900. En todo caso, lo que más nos llama la atención son, sin duda, los conjuntos de mercaderes y negociantes que van sucediéndose en el espacio abierto de la plaza y que están representados con extraordinario dinamismo: A mano izquierda, los vendedores de paños y lienzos, y los que traen productos agrarios a lomos de caballerías ofreciéndolos en canastos; la parte central se reserva a los cambistas situados en puestos entoldados y enmarcados por dos “rollos feriales” –los que aún se conservan y se exponen en el museo-, donde giran letras de cambio y registran las transacciones en grandes “libros mayores”, y, por último, en la parte derecha, más mercaderes y carros que dan paso a una escena de gran movimiento dedicada a la venta de vino en grandes tinajas y una cuba en la que el artista estampa su firma.

Rastreando las fuentes de creación a las que recurrió “Castilviejo” para componer los personajes de las escenas mencionadas, no nos cabe duda de que se inspiró en obras de Josep Luis Sert; concretamente, en las quince grisallas sobre lienzos de grandes dimensiones destinadas al comedor del Hotel Waldorf Astoria de Nueva York (1929-1930), actualmente en la colección del Banco Santander, y las once sobre la “Epopeya del Pueblo Vasco” compuestas para la iglesia conventual de San Telmo, en San Sebastián (1929), hoy museo del mismo nombre. Así, al primero de dichos conjuntos corresponden: el personaje con una tinaja al hombro y chaquetilla arlequinada (pintura de las Bodas de Camacho) y dos de las figuras que aparecen en la parte inferior (pintura de los Castellers); el personaje situado a la izquierda de estas dos últimas, con su brazo izquierdo extendido sosteniendo una jarra, es similar a una de las figuras del lienzo titulado “Pueblo de Navegantes. Epopeya de Juan Sebastián Elcano”, de la colección del Museo de San Telmo, al igual que el cambista que está escribiendo en la parte central del cuadro de la Feria de Medina, de composición idéntica a la de uno de los personajes de la escena titulada “Pueblo de Sabios… visita de un sabio extranjero”, de la misma colección del museo donostiarra.

Esta obra responde al encargo que en su día hiciera la Cámara de Comercio de Valladolid a “Castilviejo”, de cinco pinturas monocromas en tonalidades sepia de gran formato (no “murales”, ya que realmente son lienzos montados sobre bastidores de madera) para ornamentar los salones de su sede. Además de esta vista de la feria de Medina, hay otra dedicada a la dársena del Canal de Castilla en Medina de Rioseco, otra a la también plaza ferial de Villalón, otra a Tordesillas desde la otra margen del Duero y otra de la recogida de la cosecha en Peñafiel con el castillo en lo alto del cerro.

Sobre José María García “Castilviejo” hemos de recordar que se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, llegando a dominar técnicas pictóricas muy diversas, en las que demostró siempre su maestría en el dibujo de trazo firme y seguro, y su facilidad para componer retratos, escenas urbanas, paisajes o bodegones de gran personalidad. Respecto a su labor como “muralista”, Miguel Ángel García Pérez recordó en su momento que quizá sus mejores obras hayan sido este conjunto de vistas generales destinadas a la Cámara de Comercio de Valladolid y la realizada para la iglesia de María Auxiliadora, en la antigua Universidad Laboral de Zamora. La trayectoria artística de “Castilviejo” fue reconocida con el “Premio Castilla y León de las Artes 2002”.

Antonio Sánchez del Barrio

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