Plano del Balneario de las Salinas

Casimiro González (perito)
Hacia 1900

Dibujo a tinta y aguada de colores sobre papel encerado (escala 1:500) / 77 x 101 cm
Colección Casa Belloso. Obra depositada en el Museo de las Ferias



Entre la documentación depositada por los hijos de D. Francisco Lorenzo Belloso, descendientes de los antiguos propietarios del Balneario de las Salinas, se halla este plano general de los terrenos y edificaciones que había en dicho establecimiento hacia los años del cambio de siglo, antes de la construcción en 1912 del imponente edificio del “Gran Hotel”. Fue elaborado a escala por el perito Casimiro Pérez, según leemos en su ángulo inferior derecho.

Absolutamente desconocido hasta ahora, en él aparece ya consolidado el primer balneario inaugurado en 1893, tras haber logrado su declaración de utilidad pública a instancias de su promotor, el senador Manuel Ortiz de Pinedo, en marzo de aquel año, quien había comprado los terrenos y manantiales de aquellos parajes, no solo para la obtención de sal como había sido práctica común hasta entonces desde tiempos medievales, sino para aprovechar los efectos curativos de sus aguas clorurado-sódicas-sulfutosas y bromo-yoduradas, y de sus «aguas madres» que son las que quedan una vez cristalizada la sal. Así, vemos en el plano dónde están situadas las hospederías de –entonces- primera clase (13) con sus retretes anexos (14), y la de segunda llamada “Villa Alegre” (7), la ermita (6), el “chalet” (9), el cenador (17) y, junto a ellas, las restantes construcciones auxiliares y los embalses de aguas, a saber: los yacimientos de aguas minerales (1), las norias de elevación de las aguas (2), las balsas para la obtención de la sal (3), el depósito y la caldera (4), la cochera y el guarnés (5); el cuarto de máquinas y la fragua (10), los depósitos altos en forma de cono (11), los bajos (12) y el circular construido en “cemento armado” (22), los pozos artesianos (15) y el lavadero (16). También se reseñan unos extensos jardines (8) con sus paseos radiales: centrales (18), diagonales (19) y circulares (21); una amplia área de pinares (20), praderas (23) y viveros (24). El acceso al balneario desde la carretera (25) se hace por un camino principal (es el que aún pervive) que se inicia en la propia cerca exterior del conjunto y concluye en la fachada de la hospedería de primera clase. Todas estas construcciones auxiliares e instalaciones mencionadas son las mismas que hemos visto en multitud de fotografías, sobre todo en formato de tarjetas postales, publicadas por Honorio Román, Alfredo Velasco y otros editores.

Leído el plano con detenimiento, lo primero que podemos comprobar es la coincidencia del perímetro de la parcela representada con la superficie del conjunto que ha llegado a nuestros días, delimitada por los mismos caminos y senderos (véanse las fotografías aéreas de la Fototeca digital del Instituto Geográfico Nacional: https://fototeca.cnig.es/fototeca/). No obstante, nos llama poderosamente la atención la consolidación que parece existir en la zona meridional de la parcela, con el camino principal de entrada (25) como lindero norte, en la que la hospedería “Villa Alegre”, con planta en forma de “L” (7), tiene en su frente una extensa zona ajardinada (8) y, en la zona posterior, una pradera (23) con la “ermita” de Ntra. Señora de las Salinas (6), de orígenes medievales y por entonces quizá remozada, y con una cochera y un guarnés (5) (lugar donde se guardaban las sillas y guarniciones de los caballos), formando todo, en su conjunto, lo que pudo ser el “establecimiento embrionario” que tendría una primera ampliación cuando se inaugura la hospedería de primera (13) con sus construcciones auxiliares, creemos que en 1893. Más allá, hacia el poniente, aparecen las balsas de aguas madres para la obtención de sal (3) y uno de los yacimientos de aguas minerales (1), quizá el primero de los explotados, en el límite suroeste del terreno cercado.

Todo el terreno al norte del mencionado camino principal, la hospedería de primera y su pradera posterior con construcciones mencionadas, da la impresión de ser una gran ampliación posterior –no sabemos si ya construida o proyectada en el plano- en la que se aprovecharía el gran yacimiento de aguas minerales (1), dotado de noria y del llamado “depósito de cemento armado” de planta circular y en la parte delantera, lindando con la carretera hacia Medina, un enorme jardín con paseos radiales que nacen de un pozo artesiano (15). Lo más sorprendente es que este gran acuífero, situado al norte de los conjuntos construidos, se encuentra precisamente junto al espacio en el que, en 1912, se levantará el “Gran Hotel”, el edificio residencial más importante del balneario construido a instancias de la recién creada “Sociedad Anónima Aguas y Balneario de Medina del Campo”, bajo la presidencia de don Francisco Belloso y de los consejeros Callejo (secretario), Pimentel, Gavilán y Plaza. El futuro análisis de la documentación de esta centenaria estación balnearia nos facilitará los datos precisos de algunas hipótesis aquí planteadas que por el momento no podemos confirmar.

Antonio Sánchez del Barrio


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