San Antolín

Manuel Peti
Hacia 1698

Óleo sobre lienzo / 232 x 152 cm
Sacristía de la Colegiata de San Antolín, Medina del Campo
Tratamiento de conservación y restauración >>



Resulta sorprendente comprobar que pese a la devoción alcanzada por el santo de Pamiers (Francia), la propagación conseguida por ella, y la riqueza de fabulaciones biográficas que se le atribuyen, son muy repetitivas sus representaciones, reducidas casi exclusivamente al suplicio del joven mártir, al hallazgo de su cuerpo por el monarca Sancho de Navarra, y a su figura ataviada de su condición diaconal con un libro y la palma martirial en sus manos y, en alguna ocasión, con el alfanje incrustado en sus hombros.

A finales del siglo XVII, se pintó el excelente lienzo conservado en la Colegiata de San Antolín de Medina del Campo representando a san Antolín, en medio de un paisaje por el que fluye un río, mirando al cielo mientras un querubín desciende de lo alto para colocar sobre su cabeza el halo de santidad. Elegantemente vestido con dalmática roja que simula tener bordados los temas de la Anunciación y Cristo salvador. Con su mano izquierda sujeta el libro sagrado y la palma de su martirio mientras posa la derecha en el pecho como reafirmándose en el triunfo de su fe.

Tan luminosa pintura, de ascendencia cortesana por la soltura jordanesca que se aprecia en su técnica, puede estimarse como obra del vallisoletano Manuel Peti (1658-1736), muy relacionada con la pintura madrileña del momento. A Peti se le reconoce, tanto por sus modelos como por su colorido, luminosidad y técnica como un imitador del napolitano Luca Giordano que residió en Madrid entre 1692 y 1702 trabajando al servicio real.

La obra fue donada a la Colegiata, tal y como indica la inscripción situada en la parte inferior del lienzo, dentro de una rica cartela, junto con otra que representa a la Inmaculada Concepción y forman pareja, por el licenciado D. Antonio de Castro, mayordomo de la fábrica de la Colegiata en 1698, y capellán mayor que era en ese momento de las espléndidas memorias piadosas fundadas por Dª Leonor de Garibay a comienzos del siglo XVII.

A los escasos ejemplos pictóricos que de este santo existen en la provincia de Valladolid, localizados en Fombellida y Tordesillas, este de Medina es, sin duda, el más bello, y también el que, con su actitud declamatoria mejor exalta la imagen triunfal de su martirio confesional.

Tampoco puede evitarse recordar obras de Claudio Coello, como sus lienzos de San Ignacio o San Francisco Javier (Valdemoro), compuestos para ser contemplados también desde abajo, ni su suntuosidad ni tampoco su elegante movimiento. Por otra parte, la pintura de Medina tuvo cierta repercusión pues parece haber inspirado, aunque solo parcialmente, la estampa firmada en 1744 por el grabador en dulce Manuel de Chozas, discípulo de Juan Bernabé Palomino a su vez sobrino del pintor Antonio Palomino el mejor discípulo de Giordano.

Jesús Urrea


BIBLIOGRAFÍA

URREA, Jesús, “Aportación a la iconografía de san Antolín de Pamiers”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción (BRAC), nº 56. Valladolid, RABAPC, 2021, pp. 43-54.

URREA, Jesús, “Una serie pintada con la ‘Historia de San Antolín’ en la catedral de Palencia”, en Revista de Folklore, nº 493. Valladolid, Fundación Joaquín Díaz, 2023, pp. 4-10.


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