Dibujos preparatorios del cuadro “Doña Juana en el Castillo de la Mota”

Eduardo Rosales
(Medina del Campo, 1872)

Eduardo Rosales, el autor del más importante cuadro de historia del siglo XIX, “Doña Isabel la Católica dictando su testamento” (1864), visitó Medina del Campo en 1872 y realizó in situ varios dibujos del Castillo de la Mota para su obra “Dª Juana en La Mota”, actualmente en paradero desconocido. Dichos dibujos preparatorios -que han sido clave para identificar esta obra perdida de Rosales-, son precisamente los que se presentan ahora como “Pieza del Mes” de abril y dos de ellos pasarán a formar parte de los fondos permanentes de nuestra Fundación, gracias a la donación efectuada por Dª Ascensión y D. Luis Rubio Gil, autor del estudio sobre la estancia del artista en Medina del Campo. Los restantes apuntes a lápiz, originales de Eduardo Rosales, pertenecen a una colección particular madrileña y han sido prestados especialmente para esta ocasión.

El Dr. Luis Rubio, en su estudio Eduardo Rosales en Medina del Campo. Doña Juana en La Mota, analiza esta obra inacabada del célebre pintor (trabajaba en ella en 1873, año de su muerte), que hasta ahora era conocida como “Dª Juana la Loca en el Castillo de Illescas” o “Presentación del Cardenal Mendoza a Dª Juana en Simancas”, uno de cuyos bocetos, un óleo sobre lienzo aún catalogado como “Castillo de Sigüenza” se conserva en el Museo del Prado. En sus palabras:

“El tema reflejaría la conocida historia de la permanencia en La Mota de la Princesa Dª Juana, retenida por la Reina que quería impedir su afán de salir precipitadamente hacia Flandes, a fin de reunirse con su esposo. La localización del hecho pensó el pintor situarlo en el camino de guardia que hay en lo alto de la muralla y sobre el cual se levantan las almenas, el adarve… La motivación del viaje de Rosales a Medina del Campo se pudiera deber a dos motivos compatibles: añoranza por el cuadro del ‘Testamento’ que le valió la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864 y medalla de oro en la Exposición Universal de París de 1867 y buscar el escenario para el cuadro de Dª Juana que dejó abocetado”.