ANTECEDENTES

La creación de un museo estable en Medina del Campo con una plantilla adecuada a sus necesidades, ha conocido varias tentativas, todas ellas fallidas por diferentes motivos. La primera de ellas la conocemos gracias a la prensa local de finales del siglo XIX; concretamente en el semanario El Medinense de 2 de octubre de 1887, se instaba a los responsables del municipio a crear un «curiosísimo Museo histórico artístico», preguntándose «¿qué dirán cuantas personas ilustradas visiten la villa y se encuentren con que hay verdaderas joyas, unas perdidas por incuria, y otras en manos de personas que desconocen su mérito, corriendo en ellas un grave peligro? ¿por qué no las reúnen en un Museo? Otro proyecto no realizado es el que data de mayo de 1960, posteriormente reelaborado en noviembre de ese año y en febrero de 1963, en el que se planteaba la instalación de un museo dedicado a la memoria de Isabel la Católica en los restos del Palacio Real Testamentario, escenario de su muerte. Más recientemente, en enero de 1991, se redactaba un nuevo proyecto de museo en este mismo edificio (una vez concluida su primera rehabilitación), dedicado ahora a la historia de Medina del Campo, con planteamientos técnicos aceptables desde el punto de vista museológico pero que, a la postre, no lograba llevarse a efecto por falta de financiación.

BREVE HISTORIA DEL PROYECTO

El éxito de la exposición «Raíces y Efemérides», celebrada en Medina del Campo entre los meses de noviembre y diciembre de 1992, puso de manifiesto la necesidad de crear en la localidad una institución museográfica con carácter permanente. Sin embargo, hay que esperar casi cinco años -ocurre entre los meses de febrero y abril de 1997- para que se inicien las primeras conversaciones de carácter consultivo entre el Ayuntamiento de Medina del Campo y profesionales de varios museos, que van a fructificar en el encargo oficial de un anteproyecto museológico que es presentado en el mes de mayo de ese año. La dirección técnica del proyecto se nombra en el siguiente mes de junio y su primera labor es valorar las tres alternativas propuestas para futura sede del Museo, muy diferentes en cuanto a posibilidades de actuación futura, infraestructuras, dotaciones y presupuestos: Primera, el Palacio Real, edificio que precisaba entonces de una ampliación de espacios y una profunda remodelación de los existentes; segunda, las dependencias ruinosas de la antigua capilla de la Orden Tercera de San Francisco, de dimensiones reducidas y en las cuales era imprescindible realizar una fuerte intervención arquitectónica; y tercera, la más ambiciosa de las tres, el conjunto formado por el Palacio del Mayorazgo de Quintanilla -por entonces en manos privadas y en estado de ruina absoluta- y la antigua iglesia de San Martín -rehabilitada para auditorio entre 1989 y 1990-, edificio que reunía ya todas las condiciones de seguridad y climatización, pudiendo convertirse, tras su acondicionamiento, en una primera sede donde instalar el museo. En el mes de octubre se decide apostar inicialmente por esta última opción, estableciéndose las primeras dependencias administrativas provisionales en el coro de dicha antigua iglesia. En marzo de 1998, una vez valoradas las tres alternativas citadas, se decide definitivamente instalar el futuro museo en este edificio monumental, con la intención de adquirir con prontitud el Palacio del Mayorazgo de Quintanilla.

En estos primeros pasos del proyecto se lleva a cabo la redacción del proyecto museográfico y se promueven y realizan varias actividades como las excavaciones arqueológicas en el solar que ocupara parte del Palacio Real, entre diciembre de 1997 y marzo de 1998, que dan como resultado la aparición de varias estancias, así como de interesantes restos de cerámicas, yeserías y aliceres mudéjares que, tras los correspondientes permisos oficiales, quedan depositados en el edificio sede del proyecto. Asimismo, se decide realizar una exposición de proyección nacional que sirva de preámbulo propicio y «muestra de intenciones» del museo que se pretende establecer. Titulada esta muestra «Mercaderes y Cambistas», se celebra durante los meses de junio y julio de 1998, obteniendo una notable aceptación.

Tras un año de gestiones administrativas, ejecución del plan de restauración de obras, labores de remodelación de los espacios y montaje expositivo de la colección permanente, el Museo de las Ferias es inaugurado el 5 de abril de 2000 por el Presidente de la Junta de Castilla y León.

En el año de su inauguración, el Museo es galardonado con el Premio que anualmente concede la Asociación Profesional de Museólogos de España, institución que destaca sus aspectos museográficos, valorándole como «un proyecto y una experiencia museal que explica con rigor y claridad la historia de la ciudad de Medina del Campo y la de sus mercados históricos, obteniendo la identificación de sus vecinos y ciudadanos con el museo y sus contenidos (la historia y la tradición de esta ciudad mercantil) y mostrando lo necesario y efectivo que es desarrollar un trabajo modélico de atención al visitante y usuario del museo».

CREACIÓN DE LA FUNDACIÓN MUSEO DE LAS FERIAS

Con el Museo ya abierto al público, se recomienda por la dirección técnica y se acepta por unanimidad del Ayuntamiento -institución promotora del proyecto-, la creación de una Fundación de carácter cultural, con el objetivo de dotar al museo de autonomía funcional y administrativa. Previamente a su constitución oficial, el 5 de agosto de 2000 se firma el convenio constitutivo para la creación de dicha Fundación entre el Ayuntamiento de Medina del Campo y D. Antonio Sánchez del Barrio, en el que se marcan las pautas generales del funcionamiento de la futura institución, encargándola expresamente la gestión del Archivo Municipal, acuerdo de gran trascendencia dada la importancia de los fondos históricos que lo integran, germen de futuros trabajos de investigación y difusión. En septiembre de ese año se aprueban los estatutos fundacionales, también unánimemente por todos los grupos que integran el Consistorio medinense, comenzando su andadura un mes más tarde en período constitutivo.

La Fundación Museo de las Ferias se constituye oficialmente el 5 de marzo de 2001, fijándose como objetivo primordial el estudio, conservación y difusión de todas aquellas manifestaciones históricas, artísticas, antropológicas, documentales y culturales en general relacionadas con el mundo del comercio, las ferias y los mercados, con atención expresa al patrimonio cultural de Medina del Campo. Desde los primeros momentos, este proyecto, presidido por el Ayuntamiento de Medina del Campo, cuenta con el respaldo institucional de la Diputación Provincial de Valladolid, la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y la Universidad de Valladolid, cuyos máximos responsables se integran en el Patronato, formando el órgano de gobierno de la Fundación.